Interactuar con muchas personas distintas podría ayudarlo a tener una vida más larga y más sana, sugiere un estudio reciente.
Por New York Times
Las personas mayores que pasan más tiempo con sus familiares, amigos cercanos, conocidos, amigos casuales e incluso desconocidos eran más propensas a ser físicamente activas, a pasar menos tiempo sentadas o acostadas, y a tener una actitud más positiva y menos sentimientos negativos, encontraron los investigadores.
“Los adultos con frecuencia se vuelven menos físicamente activos y más sedentarios a medida que envejecen, y esas conductas plantean un factor de riesgo de enfermedad y muerte”, comentó la autora del estudio, Karen Fingerman, profesora de ciencias del desarrollo humano y la familia en la Universidad de Texas, en Austin.
Fingerman dijo que lograr que las personas hagan ejercicio puede ser difícil, pero que quizá sea más fácil lograr que busquen el contacto con conocidos, que asistan a eventos grupales o que hablen con las personas que les sirven en los restaurantes.
“Socializar en estos contextos también puede aumentar la actividad física y diversas conductas, de formas que pueden beneficiar a la salud sin necesariamente tener que sudar”, comentó en un comunicado de prensa de la universidad.
En el estudio, Fingerman y sus colaboradores preguntaron a más de 300 adultos de a partir de 65 años de edad sobre sus actividades y encuentros sociales cada tres horas a lo largo de una semana. Los participantes también usaron dispositivos electrónicos para monitorizar su actividad física.
Los investigadores encontraron que cuando los participantes estaban con una variedad de parejas sociales, se implicaban en más actividades, como salir, caminar, hablar con otros e ir de compras. También estaban más físicamente activos y pasaban menos tiempo siendo sedentarios.
Debra Umberson, coautora del estudio y directora del Centro de Investigación sobre la Población de la universidad, señaló que la mayoría de las investigaciones sobre el envejecimiento se han centrado en las conexiones con la familia cercana y los cónyuges.
“Esta nueva investigación usa unos datos realmente novedosos que capturan tanto la cantidad como la calidad del contacto con todo tipo de personas con quienes los adultos mayores se encuentran a lo largo del día, y los resultados nos muestran que esos encuentros rutinarios tienen beneficios importantes respecto a los niveles de actividad y el bienestar psicológico”, afirmó en el comunicado de prensa.
“Los adultos mayores quizá puedan ser más sedentarios con sus amigos y familiares cercanos, al estar sentados viendo la televisión o simplemente apoltronados en casa”, añadió Fingerman. “Pero para implicarse con conocidos, los adultos mayores deben salir de casa, o al menos levantarse de la silla para abrir la puerta”.
El estudio mostró que los conocidos podrían animar a los adultos mayores a tener una mayor actividad física, y así ayudar con su salud física y emocional, anotaron los investigadores.
El informe aparece en la edición del 20 de febrero de la revista Journals of Gerontology Series B: Psychological Sciences and Social Sciences.