El envejecimiento es un proceso independiente de la edad cronológica. Trae cambios físicos, hormonales, funcionales, psicológicos y cognitivos.
Por Norberto Abdala
Envejecimiento y vejez son conceptos diferentes. El envejecimiento es un proceso independiente de la edad cronológica con cambios físicos, hormonales, funcionales, psicológicos y cognitivos que se producen a partir de los 50 años de edad, pero que no evolucionan de igual manera en todos los individuos ya que depende de la herencia genética, la conformación física, la personalidad, la biografía y el entorno.
La vejez es una percepción personal y una situación social que suele vincularse con la jubilación, con pérdidas que obligan a una readaptación social y se relaciona con el estado de salud, la sensación de cansancio vital y/o con el aislamiento social. Definir una edad concreta para la vejez no es fácil.
La socióloga vasca María Teresa Bazo afirma: “Un rasgo que define las sociedades del siglo XXI es el envejecimiento creciente de la población en todo el mundo, en especial en los países con mayor desarrollo económico. El interés académico, científico, social y político por el fenómeno del envejecimiento de la población proviene de su novedad histórica y también del temor a las consecuencias sociales, económicas y políticas del mismo, todavía no fácilmente evaluables. Puede verse más como un desafío que como un problema”.
Algunos consejos para ayudar a tener una vejez saludable:
- Seguir una dieta saludable con un 20% menos de calorías de lo que come un adulto con proteínas animales (carnes magras) y con carbohidratos complejos (harinas integrales elaboradas a partir de granos enteros: maíz, avena, mandioca, salvado; legumbres: lentejas, frijoles, porotos, garbanzos, habas, soja); tubérculos y raíces: batata, calabaza; verduras: espinaca, acelga, puerro, alcauciles, espárragos; frutos secos y semillas: almendras, nueces, avellanas, pasas, semillas de girasol, lino; frutas: peras, pomelos, higos, ciruelas, cáscara de manzana; hortalizas y vegetales: pepino, zanahoria, berenjena, tomate, cebolla; tallos vegetales: apio, ajo, palmito, coliflor, berro, brócoli; hojas verdes: lechuga, radicheta, rúcula, berro; lácteos: algunos quesos, yogur, leche descremada; panes y pastas elaborados a partir de harinas integrales.
- Usar con moderación complementos como el calcio, el zinc y el selenio.
- No fumar ni beber en exceso.
- Hacer ejercicio en forma moderada pero continua.
- Evitar los excesos físicos, mentales y laborales.
- Controlar la presión arterial de manera periódica.
- Realizar estudios de prevención primaria: en la mujer el autoexamen de mamas, la realización de mamografías y control ginecológico y en el hombre -dentro de su chequeo rutinario- el examen de próstata.
- Efectuar control ocular y auditivo anual.
- Realizar endoscopia alta y colonoscopia según la indicación del médico.
- Evitar el aislamiento familiar y social, buscar y brindar afecto y reír.
- Mantener la curiosidad y el tiempo ocupado con quehaceres recreativos ya que el aburrimiento, la inactividad y la soledad enferman.
- Descartar del diccionario mental el concepto de minusvalía ya que la vejez no es un estado de incapacidad social ni psicológica.