Atender la salud bucal del adulto mayor mejora su calidad de vida y evita complicaciones. Descubre en este espacio los cuidados que se deben tener en cuenta.
Cuidar la salud bucal del adulto mayor es fundamental para garantizarle una buena calidad de vida. De lo contrario, actividades simples como hablar, alimentarse, sociabilizar y sonreír pueden resultar afectadas.
El envejecimiento es un proceso progresivo e irreversible, y los tejidos de la boca no son ajenos a los cambios que se producen en todo el cuerpo. Por lo tanto, prestar atención a ciertos cuidados es fundamental para sobrellevar estas modificaciones de la mejor manera posible. ¿Qué hay que tener en cuenta? ¡Continúa la lectura!
Cambios en la cavidad bucal durante la tercera edad
La boca también sufre los cambios del envejecimiento. ¿Cuáles son los más frecuentes? En el siguiente espacio los detallamos.
- Adelgazamiento de las mucosas: el tejido pierde espesor, resistencia y elasticidad.
- Menor producción de saliva: la boca seca es una afección bastante común en las personas mayores. Esta problemática está relacionada al uso de medicaciones y afecciones médicas comunes en la tercera edad.
- Reabsorción del tejido óseo: el hueso alveolar que da soporte a los elementos dentarios se va deteriorando a medida que pasa el tiempo. La pérdida de piezas dentarias, la osteoporosis y otras enfermedades óseas asociadas a la vejez aceleran este proceso de pérdida de hueso.
- Desgaste de los tejidos dentarios: los tejidos dentarios también se van degradando. Con el paso de los años, algunas zonas pueden quedar con una mínima o nula cantidad de esmalte cubriendo las superficies dentarias. Si el paciente muerde mal o si sufre bruxismo, el deterioro puede ser mayor.
- Pérdida de soporte de las piezas dentarias: los tejidos que sostienen los dientes en su lugar pierden espesor y altura. Es habitual observar que los elementos dentarios parecen más largos o como salidos hacia afuera.
- Retracción de las encías: las encías retroceden de su localización normal, ubicándose en un sector más profundo que deja expuesta y desprotegida la raíz de los dientes. Esta nueva localización suele aparecer como respuesta a procesos traumáticos que suceden en la boca, como un cepillado dental brusco o la masticación.
Enfermedades orales más comunes en los adultos mayores
La caries dental, la enfermedad de las encías y la piorrea son las enfermedades bucales más frecuentes en los adultos mayores. Se trata de patologías de evolución crónica que comparten factores de riesgo con otras afecciones como la diabetes, los problemas cardiovasculares y el cáncer.
La caries, en particular, tiende a ocurrir por la retracción en las encías que deja expuesta las raíces de los dientes. Esto, sumado a la disminución de la producción de saliva, facilita la acción de los ácidos de las bacterias.
Por otro lado, la falta de atención de la salud bucal en esta etapa puede ocasionar gingivitis o inflamación de las encías. Si no se resuelve de manera oportuna, evoluciona a periodontitis, una infección más profunda que destruye los tejidos que sostienen los dientes y que puede provocar la pérdida de los mismos.
El riesgo de cáncer oral también incrementa con la edad. Si bien está relacionado a otros factores de riesgo, es una posibilidad que hay que considerar a la hora de cuidar la salud bucal de un adulto mayor.
Otro problema es la sensibilidad dental, que ocurre por la retracción gingival o por el desgaste de la dentina. Ambas situaciones hacen que los dientes reaccionen de manera exagerada a estímulos como el frío y el calor.
Recomendaciones para cuidar la salud bucal de un adulto mayor
Las piezas dentarias deberían acompañar al ser humano durante toda su vida. Por lo tanto, la pérdida de los dientes no es un evento normal del envejecimiento. Así las cosas, son las enfermedades bucodentales y sus factores de riesgo asociados los que generan las problemáticas en la boca de los ancianos.
Una mala nutrición, estilos de vida desfavorables, falta de hábitos de higiene, enfermedades crónicas y el uso de ciertas medicaciones predisponen a la aparición de alteraciones en la cavidad bucal. Entonces, en lugar de normalizar la pérdida de dientes durante la vejez, hay que tomar cartas en el asunto y atender la boca. Veamos algunas recomendaciones.
1. Higiene dental
El cepillado dental correcto es una de las principales medidas para cuidar las piezas dentarias. El mismo debe realizarse como mínimo dos veces al día. No hay que olvidar la limpieza antes de ir a dormir, pues durante el sueño la producción de saliva es menor.
- Se ha de usar un cepillo de cerdas blandas y realizar movimientos suaves, que no traumaticen el tejido gingival. La limpieza debe llegar a todas las caras de todos los dientes, y debe incluir también encías y lengua.
- Hay que recambiar el cepillo cada 3 meses o cuando sus filamentos estén desgastados. También luego de haber sufrido alguna enfermedad respiratoria, pues las cerdas acumulan gérmenes que podrían provocar recidivas.
- La higiene dental se debe complementar con el uso de hilo dental para eliminar la placa bacteriana que se acumula entre los dientes. Si la maniobra resulta dificultosa, el uso de irrigadores o cepillos interdentarios puede ser de utilidad.
- La utilización de pastas dentales y enjuagues con flúor es otro aspecto para considerar. Su uso disminuye el riesgo de caries y de sensibilidad dentaria.
- Si las maniobras de limpieza de la boca no se pueden hacer por algún motivo, se puede utilizar una gasa húmeda para eliminar restos de comida de los dientes y las encías.
2. Cuidar las prótesis dentales
El uso de dentaduras postizas es bastante frecuente en los adultos mayores. Prestar atención a su mantenimiento y cuidado ayuda a mantener la boca saludable. Las prótesis deben higienizarse cada día de manera adecuada. Las mismas pueden limpiarse con un cepillo especial, agua y jabón líquido neutro.
De todos modos, lo ideal es realizarles una limpieza profunda semanal. Esto se hace sumergiendo la dentadura en un recipiente con agua tibia y pastillas efervescentes creadas para tal fin. La acción de las burbujas permite eliminar residuos y microorganismos que con la limpieza diaria no se logra.
Si las prótesis son removibles, lo ideal es retirarlas durante la noche y mantenerlas en un vaso con agua. De esta manera, se evita la deshidratación y los cambios dimensionales del aditamento. Además, se permite el descanso de las mucosas orales.
Controlar con el odontólogo las prótesis y los tejidos sobre los que asientan es fundamental para evitar complicaciones. El dentista evaluará la necesidad de readaptaciones o recambios, ya que los tejidos van cambiando con el tiempo y las dentaduras pueden desajustarse, lo que eleva el riesgo de lesión.
3. Mantener una dieta saludable
Prestar atención a la dieta no solo ayuda a cuidar el cuerpo; también contribuye a mejorar la salud bucal del adulto mayor. En este sentido, se recomienda consumir alimentos variados, saludables y abundantes en nutrientes que estimulen el sistema inmunitario. El fortalecimiento de las defensas incrementa la protección contra infecciones y enfermedades.
Así pues, lo idóneo es aplicar lo siguiente:
- Incrementar el consumo de frutas y verduras.
- Limitar el consumo de dulces, procesados y refinados.
- Consumir carnes magras, lácteos y huevos.
- Ingerir agua y bebidas saludables.
4. Prestar atención a la mucosa oral
Los adultos mayores tienen mayor riesgo de desarrollar cáncer bucal. Esta patología suele presentarse con lesiones sobre las mucosas orales, como llagas, manchas, irritación o bultos. Estas manifestaciones se caracterizan por no desaparecer al cabo de unas semanas; incluso, tienden a aumentar de tamaño y provocan dolor o entumecimiento.
Detectar el cáncer de manera temprana permite intervenir a tiempo y mejora el pronóstico. Por ello, hay que atender cualquier irregularidad que se note en la boca. Además, es conveniente realizar un autoexamen bucal una vez al mes y consultar al especialista de forma regular.
Entre otras cosas, si se emplean prótesis dentales o si hay zonas desdentadas, es bueno hacer un masaje sobre el tejido gingival para estimular la circulación. Se puede hacer durante el cepillado habitual.
5. Favorecer la producción de saliva
La boca seca es una problemática frecuente en las personas ancianas. La falta de saliva está asociada al uso de ciertas medicaciones, al consumo de alcohol, al tabaquismo y a afecciones médicas vinculadas con la vejez. Si no se controla, favorece la proliferación de las bacterias de la boca y el desarrollo de patologías orales.