Estaremos de acuerdo en que una forma no adecuada de tratar a una persona es una forma de maltrato, ¿verdad?
Pues una forma inadecuada de tratar a las personas mayores es infantilizarles. La infantilización incluye diversos comportamientos que se equiparan a los utilizados con los más pequeños, con los niños.
Quizá no siempre somos conscientes de que el uso de algunos de estos comportamientos representa una forma de maltrato hacia las personas mayores. Pero ahora que te lo cuento, ¡ya no tienes excusa!
La infantilización de las personas mayores está en comportamientos como estos:
Hablarles con diminutivos
Si se llama Carmen, y siempre le ha gustado que la llamen así, ¿por qué vamos a llamarla ahora Carmencita? Cosa bien distinta sería que le gustase un apodo o diminutivo con el que se ha sentido identificada toda la vida. Pero si no es así, llámala por su nombre.
Utilizar un tono de voz «ñoño»
Evita el uso de un tono de voz exagerado y cantarín cuando hables con una persona mayor. Es una persona adulta que entenderá cualquier conversación sin la necesidad de utilizar una voz «ñoña».
Tratarles con condescendencia
El comportamiento paternalista hacia las personas mayores también es infantilizador. Les resta autonomía y capacidad de actuación. Déjalas que decidan por ellas mismas, no intentes ejercer de «padre» o «madre» con ellas. Son personas adultas que saben qué es lo que quieren.
¿Cuáles son las consecuencias de la infantilización?
Utilizar un habla y comportamiento infantilizados hacia las personas mayores tiene consecuencias para su bienestar emocional e independencia. Considerarles y tratarles como menos capaces implica hacerles más dependientes, puesto que estamos socavando su autonomía.
Además, este tipo de conductas afectan gravemente al bienestar emocional de la persona mayor, pues mina su autoestima y su indentidad, al transmitirle una idea desvirtuada de ellos mismos.
Tenlo en cuenta, no les infantilices. Son personas, como tú y como yo.
Fuente: http://sumandocanas.blogspot.com/2018/03/carmen-o-carmencita-la-infantilizacion.html